Mientras se desplazaba por el golfo de México, el huracán Harvey se clasificó inicialmente como tormenta tropical. Pero cuando subió a huracán categoría 1 y posteriormente categoría 2, Cody Tuttle y su padre se pusieron en acción en Tuttle's Grocery & Market en Woodsboro, una pequeña ciudad en el sur de Texas.

"Comenzamos a tapiar las ventanas de la tienda y, a continuación, empecé a realizar llamadas para solicitar un grupo electrógeno", comenta Tuttle. "Siempre hemos querido comprar uno, pero nunca lo hicimos".

Después de realizar unas 60 llamadas, Tuttle pudo conseguir un grupo electrógeno de alquiler de 250 kV de Holt Cat en San Antonio. Con la ayuda de un electricista local, los Tuttle pudieron desconectarse de la red eléctrica y funcionar con potencia del grupo electrógeno durante toda la tormenta, que comenzó el viernes por la noche y se extendió hasta el sábado por la mañana.

En el punto máximo de la tormenta, los vientos sostenidos alcanzaron los 130 mph, con ráfagas de hasta 160.

"No podemos pasar más de tres o cuatro horas sin electricidad; de lo contrario, la carne y otros productos perecederos se estropean", comentó Tuttle. "Se conectó durante la tormenta por un costado de nuestro edificio, y lo mantuvo todo funcionando, lo que nos permitió ahorrar miles de dólares en inventario".

Una vez que la tormenta se aquietó, alrededor de las 6:00 de la mañana siguiente, Cody y su padre, Stanley, salieron a evaluar los daños. Como era de esperar, todo en la ciudad de 1.150 habitantes estaba apagado o destruido. Todo el condado había quedado sin electricidad.  

"El sábado por la tarde pudimos abrir", comenta. "Las personas habían pasado sin electricidad entre 18 y 20 horas, y pudimos venderles embutidos, pan, agua y otros productos.  Fuimos la única tienda abierta en todo el condado.  Fue una locura.  Las personas hacían fila en ambos pasillos.

"Toda la ciudad había salido", continúa. "Para poder realizar nuestra actividad, debíamos ser capaces de lavarnos las manos y lavar el equipo. Estábamos haciendo lo que podíamos para que la comunidad siguiera adelante, porque las personas lo necesitaban, y se vivía un calvario".

El grupo electrógeno Cat® funcionó durante 12 días sin ningún problema hasta que volvió la electricidad de la red.

"Holt Cat nos mantuvo en funcionamiento", comentó Tuttle. "Sin la ayuda del distribuidor y del grupo electrógeno Cat, no podríamos haber abierto la tienda. Mantuvo las luces encendidas y los enfriadores funcionando, lo que nos permitió atender a la comunidad en un momento de gran necesidad".